Más de una década después de su álbum de debut, el éxito obtenido con cada nuevo trabajo de Loreena McKennitt iba en aumento, y las cifras de "The mask and mirror", en 1995, podían considerarse ya como las de una estrella del pop/rock, aun cuando su música se encontraba en un limbo entre lo étnico y lo celta, a años luz de las radiofórmulas. Al hilo del título inicial de ese maravilloso disco, "The mystic's dream", hay que recordar que los místicos hablaban del 'ojo del corazón', que permite ver más allá de la apariencia para conocer lo profundo. Sin entrar en falsas comparaciones divinas, es evidente que la música de esta canadiense de larga melena rojiza es profunda, estudiada, sentida, y así como su propia imagen, es de una gran elegancia y sofisticación, de ningún modo una pose fingida sino el atisbo de su generoso encanto, que alumbra a miles de seguidores sin necesidad de utilizar el ojo místico. Hay que hacer notar, sin embargo, que la propia cantante confesaba que su voz es una forma de abrir su alma, de expresarse de una manera primitiva, sin barreras, y en 1997 plasmó sus interioridades en "The book of secrets", su esperado nuevo álbum publicado por Quinlan Road y distribuido de nuevo por Warner Music.
Loreena se preguntaba si la expansión nómada del pueblo celta podría surgir más de un impulso interior que de una necesidad real de movimiento geográfico. Ella lo atribuía a una 'curiosidad insaciable', que intentaba hacer entender en su nuevo trabajo, un disco que, según la publicidad de la distribuidora, Warner, "es mucho más que un disco, es el amanecer del alma, un recorrido imaginario por el viaje de la vida (...)". Emprendido su propio viaje en busca de la inspiración, la canadiense la encontró en países tan dispares como Turquía, Italia o Rusia. Además, en una compositora apasionada por la literatura, afamados historiadores influyeron en este 'Libro de secretos', nombres como Thomas Cahill, Jan Morris, Murat Yagan, William Dalrymple ('From the holy mountain' hace hincapié -cuenta la cantante- en las asombrosas similitudes entre manuscritos iluminados celtas como 'The book of durrow' y 'The book of kells', y escritos bizantinos anteriores) o William Eamon (en el libro que inspira el título de la obra, 'Science and the secrets of nature'). En efecto, Loreena descubrió en las páginas de 'La ciencia y los secretos de la naturaleza' la evolución de la alquimia, las ciencias y la información, pero en dicho título ella aludía también al secreto de lo que somos ("quién eres tú o quién soy yo tiene mucho que ver con lo que ha sido nuestra historia") y la importancia de la tradición, que para ella "es aquello que conserva las preguntas necesarias para la vida". Ningún tema de este nuevo álbum, sin embargo, es de procedencia tradicional, todas las músicas y las letras son obra de Loreena McKennitt, a excepción de una pequeña tonada en "The mummers dance" y la letra de "The highwayman" (el salteador de caminos), extraída del poema de igual título del poeta inglés Alfred Noyes (el único que se cuela en el disco, siguiendo la estela de los Yeats, Blake, Colun, Tennyson o Shakespeare de anteriores trabajos). La dificultad de su adaptación le hizo contar con la producción puntual del mítico Dónal Lunny -que ya había contribuído en su anterior trabajo-, si bien al final decidió mantener la homogeneidad y reconstruirla bajo su propia mirada (ella misma es la productora del trabajo, como es habitual), un auténtico acierto a tenor del resultado. La aventura comienza con un prólogo que parece mecerse sobre las aguas del Bósforo, que coloca el punto de partida del viaje en Oriente Medio, concretamente en Estambul, sobre las cenizas de la antigua Bizancio. Más adelante se detendrá con fuerza y descaro cerca de ahí, en el Cáucaso, por medio de una canción que parece viajar en caravana ("Night ride across the Caucasus") hacia la fantasía. Mientras tanto, hace su aparición primer sencillo, el conocido y radiado "The mummers dance", poderosa canción que sigue la estela y la carga dinámica de los éxitos iniciales de discos anteriores ("All souls night" y "The bonny swans"), y que hace referencia a la momería, grupos de actores disfrazados con máscaras -explica la autora- que caminan en procesión cantando canciones y portando ramas, en una celebración de la primavera y la fertilidad. Loreena añadió a su composición el estribillo de un tema momero tradicional, y la letra de una canción de Abingdon, en el condado inglés de Oxfordshire. Hilando su magia, se escogió como segundo single del trabajo una afortunada pieza instrumental de cadencia oriental, titulada "Marco Polo". El enigmático mercader veneciano y sus lejanos y excitantes viajes son objeto de la inspiración de Loreena en esta agradable y muy bailable fanfarria sin palabras, que contaba con un tema nuevo en su cdsingle, "God Rest Ye Merry, Gentlemen (Abdelli Version)", villancico inglés que ya había grabado la artista en 1995 para su EP "A winter garden: Five songs for the season"; esta nueva versión, de buen tratamiento vocal sobre otra bailable melodía oriental algo predecible, parte de una adaptación del músico argelino Abderrahmane Abdelli, y será incluida, en 2008, en otro trabajo navideño titulado "A midwinter night's dream". Con motivo de poder ilustrar mejor el viaje intercultural, el arpa, instrumento importante en la carrera de la pelirroja, suena menos en "The book of secrets", únicamente en el corte instrumental dedicado a Venecia, "La serenissima", una música antigua que parece hablar sobre el amor. Los dos temas deudores de Venecia son, curiosamente, instrumentales, mientras que el florentino Dante dicta los versos de "Dante's prayer", la oración con la que culmina el trabajo eficazmente, sin grandes estridencias, que contó en 2001 con una versión en español, incluida en la caja de 4 CDs "The journey begins". Restan sin embargo dos enormes canciones por comentar, posiblemente las dos mejores del trabajo junto a la más popular, "The mummers dance": "Skelling" es un gran momento bárdico, de enorme fuerza vocal e instrumental y una conexión espiritual con Irlanda, a pesar de la ausencia de otro instrumento importante como la gaita irlandesa, que hasta entonces había aparecido, con mayor o menor intensidad, en todos sus discos. Más ritmo tiene la magistral "The highwayman", adaptación del mencionado poema de Alfred Noyes, diez impolutos minutos donde la inconfundible voz de la McKennit se convierte en transmisora de emocionantes sueños en otro memorable ejemplo de eterno estribillo al estilo de "The lady of Shalott" o "The dark night of the soul". El acompañamiento musical es igual de espectacular, destacando sus alternancias a lo largo de la pegadiza pieza, rompiendo la monotonía y creando incluso distintas atmósferas. "The book of secrets" fue un nuevo éxito de ventas, alcanzando en España el puesto número 15 en las listas. 28 músicos participaron en esta mastodóntica grabación, realizada en los eficientes estudios Real World de Peter Gabriel (donde Loreena ya grabó "A winter garden" dos años atrás), lo que posibilitó la presencia de algunos músicos habituales de Gabriel como Manu Katché o David Rhodes, además de otros nombres más familiares como Brian Hughes, Caroline Lavelle, Nigel Eaton, Rick Lazar, Donald Quan o Hugh Marsh.
Loreena se preguntaba si la expansión nómada del pueblo celta podría surgir más de un impulso interior que de una necesidad real de movimiento geográfico. Ella lo atribuía a una 'curiosidad insaciable', que intentaba hacer entender en su nuevo trabajo, un disco que, según la publicidad de la distribuidora, Warner, "es mucho más que un disco, es el amanecer del alma, un recorrido imaginario por el viaje de la vida (...)". Emprendido su propio viaje en busca de la inspiración, la canadiense la encontró en países tan dispares como Turquía, Italia o Rusia. Además, en una compositora apasionada por la literatura, afamados historiadores influyeron en este 'Libro de secretos', nombres como Thomas Cahill, Jan Morris, Murat Yagan, William Dalrymple ('From the holy mountain' hace hincapié -cuenta la cantante- en las asombrosas similitudes entre manuscritos iluminados celtas como 'The book of durrow' y 'The book of kells', y escritos bizantinos anteriores) o William Eamon (en el libro que inspira el título de la obra, 'Science and the secrets of nature'). En efecto, Loreena descubrió en las páginas de 'La ciencia y los secretos de la naturaleza' la evolución de la alquimia, las ciencias y la información, pero en dicho título ella aludía también al secreto de lo que somos ("quién eres tú o quién soy yo tiene mucho que ver con lo que ha sido nuestra historia") y la importancia de la tradición, que para ella "es aquello que conserva las preguntas necesarias para la vida". Ningún tema de este nuevo álbum, sin embargo, es de procedencia tradicional, todas las músicas y las letras son obra de Loreena McKennitt, a excepción de una pequeña tonada en "The mummers dance" y la letra de "The highwayman" (el salteador de caminos), extraída del poema de igual título del poeta inglés Alfred Noyes (el único que se cuela en el disco, siguiendo la estela de los Yeats, Blake, Colun, Tennyson o Shakespeare de anteriores trabajos). La dificultad de su adaptación le hizo contar con la producción puntual del mítico Dónal Lunny -que ya había contribuído en su anterior trabajo-, si bien al final decidió mantener la homogeneidad y reconstruirla bajo su propia mirada (ella misma es la productora del trabajo, como es habitual), un auténtico acierto a tenor del resultado. La aventura comienza con un prólogo que parece mecerse sobre las aguas del Bósforo, que coloca el punto de partida del viaje en Oriente Medio, concretamente en Estambul, sobre las cenizas de la antigua Bizancio. Más adelante se detendrá con fuerza y descaro cerca de ahí, en el Cáucaso, por medio de una canción que parece viajar en caravana ("Night ride across the Caucasus") hacia la fantasía. Mientras tanto, hace su aparición primer sencillo, el conocido y radiado "The mummers dance", poderosa canción que sigue la estela y la carga dinámica de los éxitos iniciales de discos anteriores ("All souls night" y "The bonny swans"), y que hace referencia a la momería, grupos de actores disfrazados con máscaras -explica la autora- que caminan en procesión cantando canciones y portando ramas, en una celebración de la primavera y la fertilidad. Loreena añadió a su composición el estribillo de un tema momero tradicional, y la letra de una canción de Abingdon, en el condado inglés de Oxfordshire. Hilando su magia, se escogió como segundo single del trabajo una afortunada pieza instrumental de cadencia oriental, titulada "Marco Polo". El enigmático mercader veneciano y sus lejanos y excitantes viajes son objeto de la inspiración de Loreena en esta agradable y muy bailable fanfarria sin palabras, que contaba con un tema nuevo en su cdsingle, "God Rest Ye Merry, Gentlemen (Abdelli Version)", villancico inglés que ya había grabado la artista en 1995 para su EP "A winter garden: Five songs for the season"; esta nueva versión, de buen tratamiento vocal sobre otra bailable melodía oriental algo predecible, parte de una adaptación del músico argelino Abderrahmane Abdelli, y será incluida, en 2008, en otro trabajo navideño titulado "A midwinter night's dream". Con motivo de poder ilustrar mejor el viaje intercultural, el arpa, instrumento importante en la carrera de la pelirroja, suena menos en "The book of secrets", únicamente en el corte instrumental dedicado a Venecia, "La serenissima", una música antigua que parece hablar sobre el amor. Los dos temas deudores de Venecia son, curiosamente, instrumentales, mientras que el florentino Dante dicta los versos de "Dante's prayer", la oración con la que culmina el trabajo eficazmente, sin grandes estridencias, que contó en 2001 con una versión en español, incluida en la caja de 4 CDs "The journey begins". Restan sin embargo dos enormes canciones por comentar, posiblemente las dos mejores del trabajo junto a la más popular, "The mummers dance": "Skelling" es un gran momento bárdico, de enorme fuerza vocal e instrumental y una conexión espiritual con Irlanda, a pesar de la ausencia de otro instrumento importante como la gaita irlandesa, que hasta entonces había aparecido, con mayor o menor intensidad, en todos sus discos. Más ritmo tiene la magistral "The highwayman", adaptación del mencionado poema de Alfred Noyes, diez impolutos minutos donde la inconfundible voz de la McKennit se convierte en transmisora de emocionantes sueños en otro memorable ejemplo de eterno estribillo al estilo de "The lady of Shalott" o "The dark night of the soul". El acompañamiento musical es igual de espectacular, destacando sus alternancias a lo largo de la pegadiza pieza, rompiendo la monotonía y creando incluso distintas atmósferas. "The book of secrets" fue un nuevo éxito de ventas, alcanzando en España el puesto número 15 en las listas. 28 músicos participaron en esta mastodóntica grabación, realizada en los eficientes estudios Real World de Peter Gabriel (donde Loreena ya grabó "A winter garden" dos años atrás), lo que posibilitó la presencia de algunos músicos habituales de Gabriel como Manu Katché o David Rhodes, además de otros nombres más familiares como Brian Hughes, Caroline Lavelle, Nigel Eaton, Rick Lazar, Donald Quan o Hugh Marsh.
Una gran gira sucedió a la aparición del disco, durante la cual se efectuó la grabación del álbum en directo "Live in París and Toronto", un trabajo doble que presentaba en el primer CD la interpretación en directo y en el mismo orden ("sentimos que el camino marcado en la grabación de estudio era también la mejor forma de interpretarlo en directo"), de "The book of secrets" y en el segundo, nueve de sus grandes éxitos. Era interesante comprobar la calidad de la adaptación en vivo de una música tan estudiada y pensada para tantos músicos, pero la calidad y versatilidad de la banda logró el mayor de los éxitos. Ya grabado el álbum, y antes de su comercialización, aconteció uno de hechos más trágicos en la vida de Loreena McKennitt, la muerte de su pareja, Ronald Rees, junto con su hermano Rick y un amigo, Greg Cook, en un accidente náutico en el lago Hurón. Como respuesta, y levantando la cabeza ante la adversidad, Loreena creo la Fundación Memorial Cook-Rees, dedicada a la educación sobre seguridad náutica, así como a apoyar infraestructuras para el rescate de los accidentados, y se utilizó el disco en directo como un modo para recaudar fondos (3 millones de dólares, concretamente), primero como una edición limitada de venta por correo, y posteriormente en las tiendas, con la distribución de Valley Entertainment, una vez finalizado el contrato con Warner. Demostrando su fortaleza y vitalidad, McKennitt ha continuado desplegado sus epopeyas musicales, cuadernos de bitácora del periplo celta, con varias incursiones en el acervo navideño y una vuelta a las raíces ("The wind that shakes the barley", en 2010, volvía a contar con un repertorio mayoritariamente tradicional, como su primer trabajo, "Elemental") que no despejaba las dudas sobre sus siguientes pasos, aunque nadie dudaba a estas alturas de que iban a estar provistos -como así fue- de una calidad superior.
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4 comentarios:
Tal vez fue lo que le ocurrió a su novio por lo que estuvo tantos años sin sacar disco nuevo.
Triste historia,pero afortunadamente a ella no le pasó nada.
Qué duda cabe que Loreena fue una de los "popes" de éstas músicas sobretodo en los 90. Realmente ( e injustamente) sólo conocía el más famoso "the visit" que tan gratos recuerdos me trae a mí y supongo a buena parte de los aficionados que se asoman al blog. También me gustaba mucho el tema "the mystic's dream",que sonaba al principio de "Jade", una regulera peli de mi idolatrado William Friedkin.
Ya hablando sobre éste "the book of secrets", pues decir que me parece muy bueno, con una gran producción detrás, impecable. Sí que por ej. el tema "the mummers dance" tiene quizá demasiado tufillo de como muy pretendido éxito de ventas, muy de radiofórmula, aunque he de admitir que es muy adictivo. Otro temazo del disco es el más largo, "The highwayman". La primera vez que lo escuché iba por una calle de cierto tráfico y me pareció oír una alarma de coche de fondo. Me dije "joder, la alarma ésa queda de puta madre, parece que es de la propia canción". Al día siguiente me di cuenta de que efectivamente es del propio tema. Magnífico. Sí, soy friki y éstos detalles me encantan, y paradójicamente odio el sonido de las alarmas de coche.
Ahora voy a alabar el último corte, "Dante's prayer" que me parece de gran altura, y me da hilo para elogiar la voz de ésta mujer, cuyos registros más agudos no me convencen demasiado (un poco nasales), pero en los tonos más graves aparece ( o así lo quiero imaginar yo en mis delirios)la verdadera Loreena, misteriosa, más interesante e incluso con una sensualidad que con su timidez no quiere mostrar.
Animo a los que lean éste blog a que escriban sus opiniones de los discos aquí expuestos o de otros que nos puedan recomendar. Y no hace falta que les gusten. Yo de hecho estoy esperando a que el amigo Pepe incluya algún truño para poder despacharme a a gusto, que tanta alabanza...
Supongo que algo de eso tuvo que haber, Santi, pues hubo 9 años entre esos dos discos. Fue algo que le marcó, sin duda.
José, qué decirte? Que me alegro de que te hayas reenganchado a Loreena. Puede que estos grandísimos discos no se repitan, como aquella época en general, pero en cada nueva aportación de Loreena, como en lo que hace ahora Enya, o muchos de los grandes, siempre hay algo, un chispazo de genialidad que vale la pena. Fui hace pocos años a un concierto de su última gira (hacía unos 18 años que no la veía en directo), y fue realmente maravilloso.
Como cuento en la presentación, expongo por aquí mis discos favoritos, por lo que confío en que ninguno de ellos te parezca un truño, pero sin duda a veces pongo alguno que (en mi interior) considero 'menos bueno que la mayoría', así que como te veo al quite, seguro que llegará el momento del cañonazo. Y ahí estaré yo para rebatirte!!
Efectivamente, en 1998 hubo un accidente de una embarcación en el el lago Huron , en Canadá, en el que falleció gente muy cercana a Loreenna, entre ellos su pareja en ese momento. Es por ello que debido al impacto emocional que sufrió no saco nuevo disco hasta el año 2006.
En ese intervalo de tiempo solo editó un album en directo: Live in Paris and Toronto, 1999.
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