La música celta vivió un momento de enorme auge en los 80 y los 90, y parte de la culpa la tuvo el particular y contundente sonido de un instrumento tan típicamente irlandés como la uilleann pipe o gaita irlandesa de fuelle, uno de esos artefactos musicales tan auténticos y emocionantes en su sonido que no es de extrañar la complicación que conlleva su aprendizaje. Para Carlos Núñez "la gaita gallega es la tierra, la highland pipe escocesa el fuego y la uilleann pipe el agua", un pensamiento muy particular, pero es cierta la extraordinaria fluidez de las notas que surgen de este aparato tan bello y fructífero. Uno de sus mejores intérpretes desde los años ochenta es Davy Spillane, un dublinés nacido en 1959 que aparte de su trayectoria en solitario y de su paso por la mítica banda Moving Hearts, ha sido un invitado habitual en discos de artistas conocidos internacionalmente como Enya, Mike Oldfield, Paul Winter, Kate Bush, Van Morrison, Brian Adams, Elvis Costello o Chris Rea, sin olvidar su colaboración en el colosal show de Bill Whelan "Riverdance".
Spillane fue reclutado en 1981 para la fundación de Moving Hearts por dos figuras tan importantes en la música irlandesa como Christy Moore y Donal Lunny, ex miembros de Planxty. Moving Hearts se consagraron como un grupo de potente sonido en el que confluían la música irlandesa más tradicional y el rock, con toques de pop, jazz o country. Sus aires taberneros, no sin ideas reivindicativas, calaron en un buen número de público, a pesar de la ausencia de hits que pudieran hacer de ellos un grupo más recordado fuera de Irlanda. De este modo, la banda se disolvió pocos años después, tras un álbum instrumental muy folclórico titulado "The Storm". Davy firmó entonces un contrato con la discográfica Tara Records, y comenzó su trayectoria en solitario en 1987 con "Atlantic Bridge", cuyo título difícilmente podría estar mejor elegido, ya que Spillane tiende un auténtico puente entre los dos lados del Océano Atlántico, en una imaginativa fusión acústica de instrumentos y culturas, cuya fuente fueron unas sesiones improvisadas en las que Davy reunió su repertorio irlandés con bluegrass y country. De hecho, el bluegrass tiene sus raíces en la tradición de la Islas Británicas, así como, en última instancia, el country (antes de su combinación con blues y gospel). Como músicos invitados del otro lado del charco, el neoyorquino Béla Fleck aporta la sonoridad metálica pero a su vez cálida del banjo, y Jerry Douglas interpreta el dobro (guitarra resonadora, una acústica con un gran círculo metálico en el medio, muy característica del blues y del country). La mayoría de los demás músicos coincidieron con Davy en algún momento de Moving Hearts: Christy Moore (bodhran), Eoghan O'Neill (bajo, guitarras), Greg Boland (guitarras) y Noel Eccles (percusión). Además, colaboran John Donnelly (batería) y Albert Lee (guitarras), todos ellos irlandeses menos este último, nacido en Inglaterra. Spillane toca uilleann pipe, low whistle (pequeña flauta de pico en tonos bajos) y hammer dulcimer (o salterio). "Atlantic Bridge" comienza con "Davy's Reels" (reels bien encauzados y resueltos), momentos rápidos como "Tribute to Johnny Doran" (tradicional, un tributo a ese mítico gaitero irlandés de la primera mitad del siglo XX que, como no podía ser menos, supone toda una lección de gaita, que suena en solitario y llena por completo la enérgica pieza), "O'Neills's Statement" (una marcha llevadera, festiva, de Eoghan O'Neill, que culmina con un arrebato de poder, un frenesí de sonido Nashville por medio de la highstring guitar del autor del tema, que ya destacaba en los reels de inicio confundiéndola por momentos con el banjo) o "The Pigeon on the Gate". No hay que olvidarse de "Atlantic Bridge" (magistral melodía de gaita con momentos descontrolados, donde sí que suenan banjo y dobro, en la periferia de la tradición), obra de un Spillane que como compositor -y a la espera de su más grande creación, "Midnight Walker", que llegará en su álbum "Pipedreams"-, desborda esencialmente en las piezas más delicadas y soñadoras, mostrándose como un músico tan sensible como parco en efectismos innecesarios: "By the River of Gems" es un corte emotivo y evocador basado esencialmente en la gaita, de autoría compartida con O'Neill y P.J. Curtis; más interesante sin embargo es el aire lento "Daire's Dream", maravilloso, evanescente, tal vez el mejor tema del álbum, una atmósfera dulzona que llena el espacio y a la que sigue un delicadísimo y sensual dobro. Esa emocional comunión del dobro y el banjo con gaitas y flautas afianza la esencia misma buscada en el proyecto, plasmada por Béla Fleck en un título rápido y efectivo, "Sliverish", refrescante y divertido diálogo de esencia hillbilly que constituye otro de los momentos más interesantes del álbum y una demostración, la de que elementos tan distantes como estos pueden compenetrarse perfectamente sin prejuicios desarrollando un enorme nivel. También de dirección contraria, corte esencialmente americano aunque compuesto e interpretado en esta ocasión por británicos, es "Lansdowne Blues". Por último, la curiosa inclusión de una canción de Lennon y McCartney, la tierna "In my Life", protagonizada por la flauta. Fuera de créditos, doce anecdóticos segundos de guitarra a cargo de Spillane ("Davy's Surprise Guitar").
Dicen que no hay dos gaitas que suenen igual, y de esa forma no hay dos gaiteros iguales. Liam O'Flynn cuenta con el beneplácito de la edad para poder considerarse el abanderado de la gaita irlandesa, pero Davy Spillane es sin duda un intérprete magistral, en cuyas manos dicho instrumento cobra vida. "Atlantic bridge" alcanzó grandes cotas de calidad, elegancia y una fusión de culturas que supuso el punto culminante para que el trabajo gozara de un plus de fuerza y repercusión, tanto fue así que Spillane formó una banda para recorrer el Reino Unido, grabando una sesión para la BBC Radio One, publicada en 1988 bajo el título de "Out of the Air", con temas de "Atlantic Bridge", de Moving Hearts y varias novedades. Se agradece la inventiva de Spillane en un mundo dominado generalmente por una tradición que a veces llega a cansar. El prestigioso productor de "Atlantic bridge" y verdadero instigador de este proyecto, P.J. Curtis, lo definía así: "La música es como un río sin fin de energía, buscando continuamente fluir hacia nuevas direcciones, nuevos caminos, buscando nuevos medios de expresión", y para finalizar, avisaba al oyente, "escuche y disfrute".
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No se si es por la tímbrica, o porque no me va demasiado el rollo celta( creo que hay que disfrutarlo en vivo), pero la gaita me satura enseguida. Me puede gustar mucho pero en un contexto donde no sea la protagonista. Spillane me deja babeando en "midnight walker", del álbum. Pipedreams que comentas de pasada. Ah, muy interesante la aportación de Fleck, absoluto todoterreno maravilloso del que recomiendo especialmente sus primeros trabajos con los flecktones, cuando aún participaba Howard Levy.
ResponderEliminarComo a tí, José, a mí la música celta demasiado pura me satura un poco también, prefiero este tipo de experimentos, o interpretaciones tan sentidas y maravillosas como la de la mencionada "Midnight walker", un auténtico temazo del que hablaré en su álbum correspondiente. Una buena voz también ayuda a equilibrar el conjunto, pero no todas las voces me son válidas, claro.
ResponderEliminarDe Béla qué puedo comentar? Un crack.
Sin embargo tuve la ocasión de verlo dos veces en directo y me dejó algo frío y perplejo. No sé si por las circunstancias o por el ambiente poco afable, pero Spillane quizá no estuvo a la altura de la expectativa creada. Eso sí, sigue siendo un gran intérprete y experimentador en su época.
ResponderEliminarMuy buenas, 'subjetivo' amigo. Le echaré un vistazo a tu blog, pero mientras tanto permíteme envidiarte por haber visto un par de veces en directo a Spillane, aunque te dejara frío. Yo seguiré esperando, como a tantos otros (últimamente me tengo que conformar con La Musgaña, y no me quejo).
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