'La tempestad', de Shakespeare, es una obra intrínsecamente musical que ha inspirado a grandes compositores como Beethoven, Debussy o Chaikovski. Algunas de las óperas basadas en esta obra son "La tempestad", de Fromental Halévy (1850) y "Un rey escucha", de Luciano Berio (1984), mientras que Thomas Ades presentó en 2004 "La tempestad", una ópera en tres actos en la que insufló una nueva idea sobre la admirada obra con una música que captaba la magia del argumento y conservaba su atmósfera oscura, en la que espíritus musicales asombran a los visitantes a la isla de Próspero. De igual modo asombra la concepción minimalista del compositor Michael Nyman para las películas de Peter Greenaway, y del director galés es precisamente la libre adaptación cinematográfica de 'La tempestad' que en 1991 tituló "Prospero's Books" ('Los libros de Próspero'), cuya banda sonora publicó ese mismo año el sello británico Argo, y directamente su compañía propietaria, Decca, en una segunda edición con ligero rediseño de portada. En todo caso, el germen de esta banda sonora proviene de un curioso encargo que la ciudad de Paris hizo a Michael Nyman por la conmemoración del bicentenario de la Revolución Francesa, un recorrido musical por esta grandiosa urbe, que formaba parte de un audiovisual proyectado en el arco de La Défense del 19 de julio al 31 de diciembre de 1989, y que el efímero sello Criterion publicó en 1989 con el título de "La traversée de Paris".
Reciclando la inspirada música que el británico compuso para el encargo parisino, Nyman preparó una de sus mejores partituras para "Prospero's Books", pero la relación entre músico y cineasta iba a verse seriamente deteriorada cuando el director, sin aviso previo, decidió utilizar en el metraje final del film tan sólo una mínima parte de la música del compositor y amigo: "Cuando vi la película me pareció que Peter había traicionado mi música, no la usó con la autenticidad y sensibilidad que lo había hecho en, por ejemplo, 'El contrato del dibujante'. Y también introdujo la música que escribí en el contexto extraño de un diseño sonoro bastante desafortunado, una partitura casi electrónica en la que mi música se entierra, donde los efectos de sonido y voces se tratan de una manera más bien exagerada. Nunca me dijeron que eso iba a pasar". Michael consideró que tenía que haber sido informado de ese tratamiento, y cuando mostró su disgusto ante el equipo, esperó las explicaciones del director, que nunca llegaron, por lo que se dio por finalizada una amistad de dieciocho años. La arrogancia de Peter Greenaway, que ya había pensado en John Adams para "Drowning by Numbers" y recurrido a Wim Mertens para "The Belly of an Architect" (tras un intento fallido con Philip Glass y una partitura de Glenn Branca que no acabó por convencerle), le llevó a prescindir totalmente de su antiguo colega para la música de sus películas. Nyman había realizado una concepción esencialmente vocal de la obra, y añadió con sapiencia este elemento a su música, logrando un efecto fantasmagórico y embriagador que Peter Greenaway apenas supo valorar. Basado en textos del propio William Shakespeare, escribió cinco canciones (conocidas como 'Ariel Songs', por la importancia del personaje de Ariel en la obra) para la soprano Sarah Leonard. Precisamente comienza el disco con la breve "Full Fathom Five", y "While you Here do Snoring Lie" en tercer lugar, que junto con "Come and Go" fueron reinterpretadas en 1992 para un curioso disco de canciones de Nyman con la afamada cantante alemana Ute Lemper titulado "Songbook" (que además de esas tres 'Ariel Songs' incluía canciones basadas en textos de Paul Celan, Mozart y Rimbaud). A partir de aquí llega la parte más atractiva de la banda sonora, con cuatro maravillosos temas que constituyen lo más interesante y recordado del álbum: "Prospero's Magic", "Miranda", "Twelve Years Since" y "Come Unto these Yellow Sands". De ellas, la única composición original para la película era "Twelve Years Since", un corte calmado que parece anticipar futuros éxitos del británico en el mundo de la banda sonora, cambiando parte de sus ideas repetitivas más densas por una melodiosidad ambiental. Las otras tres provienen de "La traversée de Paris", y curiosamente, de los siete cortes rescatados de aquel álbum, son los únicos que fueron modificados: "L'entrée" era un gran comienzo para el multimedia, y Nyman lo aprovechó para darle forma (bastó con una ligera ampliación) a "Prospero's Magic". "Le théâtre d'ombres chinoises" acelerada fue una gratísima mejora para "Miranda", y el añadido de la voz en "Le labyrinthe" la convierte en la excitante "Come unto These Yellow Sands", otra 'Ariel Song' en la que despunta considerablemente Sarah Leonard, una de las composiciones que más y mejor utiliza Greenaway en la película. En ellas destacan bucles repetitivos, por lo general de cuerdas, sobre los que se alzan los vientos como ejecutores de melodías regias y aguerridas. El piano de Nyman, por contra, es poco apreciable en el conjunto de tan poderosa banda, aunque siempre está ahí, marcando el ritmo, observando todo como un buen director de orquesta. El trabajo continúa sin mayores sobresaltos entre temas nuevos y otros reubicados directamente de "La traversée de Paris", hasta llegar al último corte, "The Masque", que presenta una grata escena operística en la que intervienen como vocalistas Marie Angel, Deborah Conway y la alemana, mencionada anteriormente, Ute Lemper. "The Masque" no es la única pieza operística creada por Nyman bajo la influencia de 'La tempestad' de Shakespeare, ya que "Noises, Sounds & Sweet Airs", publicada por Argo en 1994, contenía varios cortes de "La traversée de Paris", aunque con títulos diferentes. En definitiva, y con la ironía de estar hablando de una banda sonora que apenas fue utilizada como tal, hay que concluir afirmando que "Prospero's Books" es una de las mejores y más completas partituras de Nyman para Greenaway, posiblemente en el momento más dulce del pianista, sólo unos años antes de su consagración ante el gran público con "The Piano". La producción del disco, como en todos los trabajos de Nyman en su época con Peter Greenaway, corre a cargo del músico irlandés, antiguo miembro de The Flying Lizards, David Cunningham.
Parece que Nyman quisiera reconocer los méritos de su eficaz conjunto liderado por Alexander Balanescu, la Michael Nyman Band, al colocar su nombre en la portada del trabajo, cosa que no había ocurrido anteriormente. Tanto es así que al año siguiente de la publicación de "Prospero's Books" Argo lanzó al mercado una curiosa y gratísima recopilación de las bandas sonoras más conocidas del dúo Nyman/Greenaway titulada "The Essential Michael Nyman Band", con composiciones de "The Draughtsman's Contract", "A Zed & Two Noughts", "Drowning by Numbers", "The Cook, the Thief, his Wife and her Lover", dos de las maravillosas "Water Dances" (provenientes también de un trabajo con Greenaway) y el tema "Miranda" de "Prospero's Books", con la importante característica de tratarse de reinterpretaciones de las canciones, cosechando un enorme éxito con el fabuloso "Chasing Sheep is Best Left to Shepherds". Otros temas de "Prospero's Books" se incluyen en más recopilatorios de Nyman, especialmente "Miranda", con la nota destacable de que en "The Very Best of Michael Nyman: Film music 1980-2001" se incluye "Miranda Previsited", la versión original de "La traversée de Paris" (aunque cambiando su título real, "Le théâtre d'ombres chinoises"). También "Miranda", junto a "The Masque (Excerpt)" y "Where the Bee Sucks", formaba parte de un curioso CDsingle promocional de "Prospero's Books". El éxito cosechado con bandas sonoras tan atractivas como "The Dragthsmans Contract" o "Drowning by Numbers" no encasilló a Nyman, que continuó con su labor de búsqueda a través de nuevas óperas, cuartetos de cuerda o el mencionado extraño trabajo vocal con Ute Lemper de título "Songbook". Su labor de musicación de películas iba a cambiar en lo sucesivo, en gran medida por su ruptura total con Peter Greenaway, lo que permitirá a Nyman tener más tiempo para aceptar otro tipo de encargos, algunos de ellos tan atractivos como "The Piano", así como películas destinadas al gran público ("Gattaca", "Ravenous") y otras no tan pretenciosas para las que compuso partituras memorables ("The Claim", "Wonderland", "Carrington").
ANTERIORES CRÍTICAS RELACIONADAS:
MICHAEL NYMAN: "The Dragthsman's Contract"
MICHAEL NYMAN: "Drowning by Numbers"
VARIOS ARTISTAS: "Música sin fronteras"
MICHAEL NYMAN: "The Dragthsman's Contract"
MICHAEL NYMAN: "Drowning by Numbers"
VARIOS ARTISTAS: "Música sin fronteras"
Muy buen artículo y crítica de uno de los mejores trabajos de Nyman,la interpretación de estas piezas en directo es apabullante,cuando tocan Miranda es realmente emocionante
ResponderEliminarFelicidades por este post y por el resto del blog
Muchas gracias, José Antonio. Este trabajo presenta piezas poderosas, como la mencionada "Miranda", de hipnótico seguimiento también en directo. Qué gran época la de las colaboraciones Nyman-Greenaway, el británico sigue estando bastante activo, pero esos discos son sencillamente irrepetibles.
ResponderEliminar