21.11.11

MADREDEUS:
"Existir"

Cuando el potencial de ciertas melodías es capaz de hacernos soñar despiertos es que se ha alcanzado un grado de empatía difícil de lograr. Uno de esos milagros se titula "As ilhas dos Açores", composición dedicada a dichas islas atlánticas portuguesas, que emana impresiones celestiales en cada uno de sus trescientos segundos. Comienza como una obra clásica, contemporánea, de bella ambientalidad, para entroncarse con el folclore en una genuina muestra de deliciosa atemporalidad en la que se pueden paladear teclado (Rodrigo Leao), guitarra clásica (Pedro Ayres Magalhaes), violonchelo (Francisco Ribeiro) y acordeón (Gabriel Gomes), curiosa conjunción de instrumentos que junto a la voz de Teresa Salgueiro formaban un grupo mítico de nombre Madredeus, cuyo primer fruto, "Os dias da Madredeus", a pesar de una rudimentaria grabación, fue un auténtico éxito no sólo en Portugal sino también en lugares tan dispersos como Bélgica, Japón, Francia, Grecia o España. No era de extrañar, pues los Madredeus de aquella época eran una fusión celestial de cuerdas, teclados y voz. Encontrar su sonido fue algo lento pero natural, como encontrar a la propia vocalista. Cada miembro aportaba su experiencia y maestría tanto en la interpretación como en la composición, llegando a un público muy variado por su ecléctico planteamiento. Su segunda obra, "Existir", es un remanso de paz y armonía en la que la producción es compartida por Pedro Ayres Magalhaes y Antonio Pinheiro da Silva.

Tras escuchar "Matinal" es impredecible qué nos puede deparar el disco de un grupo cuya única referencia fue grabada tan furtivamente como nos cuenta la historia de "Os dias da Madredeus". Ese comienzo vocal, de reminiscencias antiguas, nos recuerda que no estamos ante un conjunto cualquiera, que se ampare en la tradición portuguesa o que se acoja al rumbo predeterminado hacia la música comercial, sino ante un delicioso experimento basado en la búsqueda entre la música tradicional y la de cámara. Algo de todo ello hay sin embargo en el siguiente corte, sin duda el más famoso del grupo en toda su trayectoria. "O pastor" es un pequeño sueño, una canción completa e inolvidable en la que guitarras y violines se conjugan dotando a la pieza de un ritmo de fondo rápido y atrayente sobre el que emerge, como una ubícua deidad, la inconfundible voz de Teresa Salgueiro. Más serenas son composiciones como "O navio" (deliciosa melodía de aroma portugués), "A vontade de mudar" o un pequeño clásico como "O pomar das laranjeiras", que suena a canción tradicional a pesar de estar compuesta por un Pedro Ayres Magalhaes que toma claramente el rumbo del grupo (sobre todo en el apartado vocal), como ya hiciera en su álbum de debut. Con sólo dos discos, se podía hablar de Madredeus como un conjunto exitoso de estilo propio y con poso popular, esa forma reconocible de entretener y emocionar con canciones como "O ladrao" o "Cuidado", en la que destaca el estupendo acordeón de Gabriel Gomes. En cuanto a las piezas instrumentales, tres son las que se entremezclan en el disco, y aunque las otras dos estén eclipsadas por la grandeza de "As ilhas dos Açores", no sólo no desmerecen sino que anticipan una grandiosa aparición, la de Rodrigo Leao como artista en solitario unos años después, pues "Solsticio" y en especial "Tardes de Bolonha", con su juego de vientos y cuerdas, suenan irremediablemente a esa exitosa trayectoria por su cuenta del teclista lisboeta (con la producción del propio Antonio Pinheiro da Silva). Sólo unos años tardará en dar ese paso, mientras tanto Rodrigo contribuye como los demás miembros del grupo en la creación de melodías tan maravillosas como "O pastor" o "As ilhas dos Açores", las dos claras cumbres de este álbum de anaranjada portada. Celebrando sus 25 años de carrera discográfica, Madredeus publicó "Essencia", donde versioneaban temas propios con la nueva vocalista, Beatriz Nunes, y una formación distinta bajo la batuta de Magalhaes: "O pomar das laranjeiras", "Confissao" y "O navio" fueron las canciones elegidas de "Existir".

Es imprescindible destacar la poética puesta en escena de este impresionante consorcio: guitarra, chelo, acordeón y teclado al aire libre, en un cuidado jardín o en una playa de fina arena, de negro riguroso, arropando a una bellísima Teresa Salguiero, con un chal que le protege del viento. Pedro Ayres lo definía así: "Toda nuestra obra es como una fantasía sobre un mundo poético, de origen portugués, pero que no corresponde a ningún aspecto particular de nuestro país". EMI publicó "Existir" en la primavera de 1990, y tres semanas después alcanzó en número 1 de las listas portuguesas, llegando a disco de platino, y permitiendo al grupo realizar su primera gira por Bélgica, Francia, España o Brasil. Precisamente en vivo fue su siguiente plástico, pues "Lisboa" era un doble en directo grabado el 30 de abril de 1991 en el Coliseo dos Recreios de Lisboa (un CDsingle de este álbum incluía los directos de "As ilhas dos Açores", "A vaca de fogo" y "O pastor"). En "Existir" repetían formación, ese quinteto tan maravilloso en el que no falta ni un solo detalle, en una 'saudade' modernizada de realidad hermosa y catártica.








4 comentarios:

Mike Shooter dijo...

Los tres primeros discos de estudio de Madredeus (4 si tenemos en cuenta que "Ainda" y "O Espirito da Paz" se grabaron a la vez) son autenticas obras maestras. Una pena que con la salida de Rodrigo Leao tras los mismos, el grupo bajó un peldaño en sus prestaciones aunque todavía hizo cosas interesantes. Sólo por temas como "O Pastor" o "As Ilhas dos Açores" merecería la pena este disco.

Pepe dijo...

Sí que se notó la salida de Leao, o es que la fórmula se agotó, no sé. "O espirito da paz", como bien dices, es otro discazo que caerá por aquí.
Es curioso que Madredeus sea uno de esos pocos grupos de aquella época que siguen en activo, pero Pedro Ayres acaba de anunciar una nueva vocalista: Beatriz Nunes.

Juan Antonio dijo...

Durante mi estancia de una semana por Madeira, tomando unas lapas a la plancha en una de la tabernas en el barrio viejo junto al mercado de los Labradores, una jóven pareja, entre fado y fado, interpretó de forma magistral "O Pastor", tanto la voz de la jóven como el violin que la acompañaba sonaron muy bien en aquel entorno. Desde mi corto conocimiento de la trayectoria del grupo, a partir de su tercer disco, (creo) dejé de seguirles la pista, máxime cuando comenzaron a tomar otros derroteros algunos miembros del grupo, o bien porque su éxito se fué apagando.

Pepe dijo...

A pesar de que no han desaparecido, sí que perdieron gran parte de interés, también para mí, desde hace años, posiblemente porque la fórmula ya no enganchaba sin un toque de inspiración, o sin la genialidad de Leao. Es sólo nuestra opinión, desde luego que siguen siendo un gran grupo, y repito que Pedro Ayres está haciendo importantes cambios para que vuelvan a sonar mayoritariamente.

Menudo viajero estás hecho, Juan Antonio!!