Aunque se trate de una situación a todas luces injusta por la calidad de su discografía primaria, la única vez que el grupo The Alan Parsons Project ganó un premio Grammy fue por una reedición de uno de sus discos más emblemáticos: en la edición 61 de esos prestigiosos premios, la del año 2018, "Eye in the Sky - 35th Anniversary Edition" fue considerado el mejor álbum en la categoría 'Best Immersive Audio Album'. Por entonces, el grupo llevaba tres décadas oficialmente disuelto, y de hecho uno de sus miembros, Eric Woolfson, había fallecido ocho años atrás. Parsons ya había estado nominado a los Grammy en varias ocasiones por su labor de ingeniería de sonido desde que trabajó para Pink Floyd en "The Dark Side of the Moon" y posteriormente - antes de serlo en solitario con "A Valid Path"- con algunos álbumes del Project, desde "Tales of Mistery and Imagination - Edgar Allan Poe", pasando por "Pyramid", "Eve", "The Turn of a Friendly Card" y este "Eye in the Sky" al que se le hizo justicia 35 años después. Importa poco qué personas o qué discos acaparen determinados premios como los Grammy, pero la historia le debía algo a esta banda que, en 1982, alcanzó uno de sus mayores éxitos de ventas y popularidad con ese "Eye in the Sky" publicado de nuevo por Arista.
El Project venía de ofrecer al mundo un disco prácticamente perfecto, una obra conceptual tan espectacular como "The Turn of a Friendly Card", inmarcesible desde muchos aspectos y situada en el top de los seguidores de esta banda formada por Alan Parsons y Eric Woolfson, con la importante contribución de una tercera pieza, la del orquestador Andrew Powell. Entre los tres, y la ayuda de músicos tan fieles como Ian Bairnson (guitarras). David Paton (bajo), Stuart Elliot (percusión) y Mel Collins (saxofón), se gestó esta obra, cuya inspiración parece provenir del concepto de un 'Gran Hermano' que siempre te está observando: "Siempre hay una cámara observándote, siempre hay un helicóptero en el cielo vigilándote y puedes leer una línea de letra pequeña de periódico desde el espacio". Así, no es difícil asociar este "Eye in the Sky" de 1982 con ese ubicuo Big Brother de la novela distópica '1984' de George Orwell, más teniendo en cuenta la afición del Project por desarrollar musicalmente grandes obras de la literatura, como ya hicieran años atrás con Poe o con Asimov. La relación, sin embargo, nunca ha sido confirmada, y otra teoría cobró vida tras analizar la influencia de los casinos (por entonces, Eric Woolfson vivía en Mónaco) en el anterior disco "The Turn of a Friendly Card". La cantidad de cámaras y personal de vigilancia fascinó a Eric, y ese 'ojo del cielo', como se conoce a dicho sistema de seguridad, pudo prorrogar su influjo hacia la siguiente obra del Project, un intento de extensión del éxito anterior, si bien más abierto en su temática, extendida hacia la religiosidad, la política y la privacidad, si bien sin un claro hilo conductor. No se va a recordar, por tanto, "Eye in the Sky" como un gran disco conceptual, pero sí como un prodigio conjunto de composición, interpretación, producción e ingeniería, para lograr un todo vibrante, melódico, sin excentricidades que nos aparten de la belleza de un sonido puro que ya se ha alejado casi definitivamente del progresivo para ingresar en un pop-rock con suficiente gancho para vender sin parar. La jugada salió redonda, pues "Eye in the Sky" es el mayor éxito de ventas de The Alan Parsons Project, millones de discos vendidos, de los cuales más de 100.000 fueron en España, donde alcanzó en número 1. Los fans del baloncesto apreciarán especialmente el comienzo del disco, el instrumental "Sirius", que se ha utilizado como acertadísima entradilla del quinteto inicial de los Chicago Bulls de la NBA desde los años noventa (así como de otros eventos deportivos menos multitudinarios). "Sirius" es uno de los mejores instrumentales de The Alan Parsons Project, lástima que su duración sea tan solo de dos minutos, eso sí intensos en su construcción adictiva y en su toque preciso de guitarra. El cambio con la siguiente es de una manera clásica en la banda, una línea de bajo que conduce a "Eye in the Sky", primer sencillo del álbum y la canción más conocida del Project, un clásico del pop de los ochenta, una de esas construcciones sencillas pero perfectas en su ritmo, melodía, uso de los instrumentos y de las voces. Eric Woolfson es su intérprete, el mejor para desarrollar una letra ambigua, en la que se puede leer entre líneas algo de crispación con su socio (tal vez por eso Parsons no tuvo nunca muy clara su inclusión en el disco, aunque su ausencia hubiera sido ciertamente lamentable). Su perfección fue un gancho imposible de evitar para un gran número de compradores de singles, por ejemplo 500.000 en los Estados Unidos y más de 25.000 en España (número 1 en las listas). Muchos han versionado esta canción, por ejemplo la vocalista israelí Noa, e incluso el propio Parsons la grabó en catalán ("Seré els teus ulls al camí", se llamó) en 2019, para un disco benéfico del espacio de TV3 'La Marató de 3Cat'. Después del subidón inicial, "Children of the Moon" (cantada por el bajista, David Paton) y "Gemini" (cuyo vocalista fue el escocés Chris Rainbow, otro habitual de la banda desde "Eve") son dos canciones bastante discretas, con un dibujo muy propio del Project la primera y eso sí, una especial sonoridad la segunda, que anticipa la delicadeza de "Silence and I", fantástica balada, que evidenciaba el gran momento de forma del dúo. A la memorable entrada de teclado se une enseguida el saxo de Mel Collins y una instrumentación tan perfecta como la interpretación vocal de Eric Woolfson, que de nuevo hace suyas las intenciones de una letra equívoca. Andrew Powell se deja notar especialmente en el épico cambio de rumbo en su parte media, que medievaliza la canción de una manera extraña pero asequible, más para el degustador del rock de años atrás que para el nuevo consumidor de producto rápido. Aunque suavizado, "You're Gonna Get your Fingers Burned" es un recuerdo del rock de antaño en un disco muy popero. La canta Lenny Zakatek, que colaboraba con el grupo desde el lejano "I Robot", y que repite en la penúltima de las composiciones, "Step by Step", de esas canciones que sin poder considerarse de relleno, pasan desapercibidas en un álbum con otros grandes temas. Más efímero en la discografía de la banda (aunque se le escuchaba también en "The Turn of a Friendly Card") es Elmer Gantry, vocalista de "Psychobabble", pieza posiblemente sobrevalorada aunque de innegables características pegadizas, pero cuya radiodifusión -fue el segundo sencillo del álbum- ayudó a la implantación del disco en la memoria popular. Con el sentido rítmico característico del grupo ("Hyper-Gamma-Spaces" podría ser un antecedente), "Mammagamma" es una de esas melodías sin letra perfectas e identificables, una labor de estudio que tras su escucha no puedes sacar de la cabeza, y que ha servido numerosas veces de sintonía en radios y televisiones. El colofón final del álbum es la majestuosa "Old and Wise", otro dechado de virtudes del trío Parsons-Woolfson-Powell, sin duda una de las grandes baladas de los ochenta (y no hay que olvidar que en este mismo disco se escucha "Silence and I", otra gran balada, ambas también tercer y cuarto sencillo del disco), de cuya parte vocal se encarga el ex-The Zombies Colin Blunstone, y con un gran solo de saxo de Mel Collins para cerrar el tema y el disco. Para no dejar de escuchar en bucle.
"Eye in the Sky" es un disco que podría calificarse posiblemente como facilón en comparación con los primeros del Project, pero sin duda se trata de una obra muy importante. La comercialidad no implica normalmente una bajada en la calidad del producto, y este podría ser un buen ejemplo si no fuera el sucesor de "The Turn of a Friedly Card", además del recuerdo de los dos primeros álbumes de la banda. La nota, de todos modos, es muy alta, no se puede negar la habilidad de Parsons y Woolfson para seguir construyendo tanto instrumentales atractivos como canciones pegadizas o baladas memorables, consiguiendo verdaderos hitos en ambos estilos. La portada del trabajo, un nuevo diseño del colectivo Hipgnosis, muestra el símbolo egipcio llamado Ojo de Horus, en dorado sobre fondo verde, aunque cambiando tonalidades en otras ediciones o en los sencillos. Ese Ojo de Horus, que es también el Gran Hermano, el ojo que todo lo ve, que siempre nos vigila, preside un trabajo que ha llegado a todos los hogares, el mayor éxito del Project que coincidió, sin embargo, con el comienzo de su decadencia.
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Hola!
ResponderEliminarCuando he comentado alguno de estos discos del Project en mi blog, he sugerido (y posiblemente estemos de acuerdo) que quizá esta etapa de decadencia coincide con el hecho de que el "concepto" alrededor del que giran sus álbumes deja de estar bien definido. Es decir que, mientras que en Pyramid o The Turn of a Friendly Card prácticamente se nos está contando una historia, a partir de Eye in the Sky la cosa queda un poco difusa y algunos temas... no dicen mucho. Es sólo una opinión.
Por cierto, sí que ganaron un Grammy antes de este que mencionas de 2018. Lo ganaron por el videoclip de Don't Answer Me, que pertenece al Ammonia Avenue. Muy chulo, por cierto.
Tal vez me equivoque, pero tanto en la página oficial de los premios Grammy como en su correspondiente wikipedia, no consta que Don't Answer Me ganara el premio al mejor videoclip. De hecho, no aparece ni como nominado. Seguro que encontramos algún dato que nos confirme el hecho, ahora me pica la curiosidad!!!
ResponderEliminarEn cuanto a la calidad como obra conceptual estoy contigo, ya lo comento en la crítica, ese asunto se pierde totalmente en esta etapa final del grupo, salvo posiblemente en Gaudí (y Freudiana, aunque eso es otro cantar).
Mea culpa. Totalmente cierto. Lo leí hace mucho tiempo en alguna parte (sé que no me lo he inventado) y lo he estado dando por bueno hasta hoy. Rectifico.
ResponderEliminarGran disco, gran músico.
ResponderEliminarMis hermanos y yo compramos entradas para verlo en Mérida, y también para Roger Hodgson, de Supertramp, otro mítico... Pero ambos cancelaron, el primero por lesión, el segundo por la pandemia. Y no han vuelto por España, si no me equivoco :(
Si todo va bien, en junio de este 2025, Alan estará de nuevo por España (Bilbao, Barcelona y Madrid). Buena oportunidad para disfrutar de su directo.
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